miércoles, 4 de julio de 2012

A veces me quedo mirándole sin que se dé cuenta. Cuando está ojeando un libro, o concentrado en el ordenador. Lo miro intentando quedarme con cada detalle de su cuerpo, con cada detalle de su ser. Lo miro y repaso por dentro todo lo que le quiero, todo lo que hemos vivido juntos, todo lo que he llegado a sentir a su lado. Lo miro deseando que nunca se marche de mi lado. Lo miro y me imagino la misma situación sólo que con nosotros de ancianos. Lo miro y creo en la palabra siempre. Y a veces, él distraído, levanta la mirada y me ve observándole. Me sonríe y me pregunta "¿qué pasa?". Y yo se lo resumo todo en un simple "pero qué feo eres", le beso, y sigo haciendo aquello que estaba haciendo.

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